jueves, 30 de octubre de 2008

Tanto de que hablar, tan poco que añadir.

Tanto de que hablar. Llevo tiempo sin escribir ninguna sandez en este blog. Debe quedar claro que no ha sido por lucidez ( no he visto del todo claro aún la obvia inutilidad de hacer públicos mis nudos mentales), ya que de hecho he tenido por momentos unas ganas ansiosas de derrochar poca verguenza y atreverme a escribir opiniones, de esas que resuelvo con no demasiada ilustración pero rebosantes de afán, y que se han ido desvaneciendo por diferentes razones. He estado ciertamente ocupado con asuntos distintos: he vuelto a hacer música (iré noticiando), estudios, trabajo (del remunerado), y demás monsergas. Pero últimamente, he tenido de manera más acusada la necesidad de comentar, por pavor más que por ánimo literario o reflexivo, la riada de titulares, portadas, crisis, atentados, mentiras, que nos viene arrastrando a su antojo en los últimos meses. Pero aún así, supongo que he sentido una y otra vez cómo el desánimo iba haciendo mella en la idea de escribir, teniendo en cuenta que casi no había tiempo siquiera para informarse de una catástrofe cuando otro tumulto de alarmas histriónicas volvía a descentrar la fase en la que uno debe intentar tomar posición con respecto de un acontecimiento. No ha habido respiro: jueces cabeza de turco que pagan la desverguenza de la administración; crisis, cirisis, crisis, etc; los terroristas aburridos buscando otro minuto de fama funesta; la muy comentable campaña electoral americana (a lo mejor no tan comentable); las últimas revoluciones científicas que no conocerás porque no ves a Punset; el acojonante asunto del "niño salvador" gestado en Sevilla y que la Iglesia no se yo si le abrirá las puertas del cielo el día de mañana; etc. Para aburrirse de entretenimiento.

Como hay tanto de que hablar y en estas circunstancias los periodistas no dejan de hacer documentales, especiales informativos, columnas superespeciales, y otros lucrativos negocios, lo de opinar no creo que sea ahora mismo lo más necesario. De todas formas prometo volver a escribir, con asiduidad, aunque solo sea porque algún amigo mío no me llame "dejao" y que además demuestre buen criterio. Hay mucho de que hablar amigos/as, pero hoy, hay poco que añadir.

No hay comentarios: