miércoles, 25 de febrero de 2009

La realidad II: Tres cervezas y tres whisky

Tengo que beber más. Cuando como hoy limito demasiado la ingesta de priva, una enfermedad que mezcla insomnio, pensamientos caprichosos y desasosiego me condena en la hora del silencio y el sueño. Son las tres de la madrugada y sigo buscando la postura mágica. Pero nunca llega. Y es que la cama no tiene la culpa de esta inquietud, cortesía de una dosis química precaria, insuficiente, mal calculada. A estas alturas de mi vida, sé sobradamente cuánto debo beber para romper la barrera de la consciencia, pero hoy la he cagado. Si se sale a beber hay que buscar la frontera etílica, otra cosa es suicidarse. En fin, al menos a mi lado la tengo a ella. Una mujer dormida que me da la espalda regalándome toda su confianza. El peso al otro lado de la balanza que equilibra esta angustia insufrible. Un cuerpo desnudo, un alma tranquila, una persona...Joder!!, pero, ¿cómo se llama?, no lo recuerdo... ¿será un lapso mental por el puto insomnio?. No, realmente, !no sé quien es!. No sé si me atrevo a darle la vuelta para buscar su cara... !Dios!, esta no es mi mujer, y ¿de dónde ha salido?. Pero, ¿alguna vez yo he tenido mujer? La confusión ha apagado toda certeza. Estoy despierto pero no veo luz alguna. Si es que lo sabía... tengo que beber más.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como dijo Descartes:

Bebo, ergo cogito XD

Estefi dijo...

En el límite entre la realidad y la ficción existe un abismo donde tienen cabida estos relatos. A través de sus historias, expresas aquellos sentimientos que todos llegamos a experimentar en ciertos momentos de la vida: inquietud, miedo e incluso angustia. Se trata de sentimientos que albergamos en lo más profundo de nuestro ser, aunque, en ocasiones, afloran más de lo normal (o de lo que se considera como tal). Todo depende, cómo no, del modo en que afrontemos la vida, del modo en que decidamos vivir…

Enhorabuena por estas producciones, pues, según mi humilde opinión, son realmente buenas :)