viernes, 10 de julio de 2009
Miedo a olvidar
No quiere olvidarme, por eso no paramos de follar. Cada noche, desde que vimos al médico, es ella la que se ocupa del preservativo, mientras yo disimulo estirando la cama. Entonces yo le sonrío por compasión, porque tiene derecho a no perderlo todo. A continuación me sonríe ella, en velado agradecimento, como un latigazo de desesperación, intentando hacerme felices los 4 meses que me quedan.
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